Criptomonedas

La oportunidad histórica de la Argentina de Javier Milei 

Por Agustin Beret28/11/23

La victoria de Javier Milei en las elecciones presidenciales de Argentina generó un enorme revuelo en todo el mundo. El de las criptomonedas no se quedó atrás.

No es para menos. El hecho de haberse mostrado a favor de bitcoin en el pasado, ha levantado mucha expectativa en este ambiente.

Ahora, lo que quiero destacar acá es que el contexto actual presenta una oportunidad histórica para el país, que podría llevar a la Argentina a un lugar de centralidad mundial.

Si piensan que voy a hablar de hacer bitcoin moneda de curso legal o minar bitcoins en Vaca Muerta, les sugiero que sigan leyendo. Lo que voy a proponer va mucho más allá.

Vamos a hablar de algo de lo que poco se habla, y representa la oportunidad más grande de todas: convertir a la Argentina en un hub internacional de la tecnología blockchain y la industria cripto. 

En esta nota voy a hablar brevemente de qué implica esto, por qué la oportunidad es ahora y con Milei, y qué reformas se necesitan para poder llevarla adelante.

Esto tiene muchas aristas e implicancias, por lo que es necesario ir por partes.

Empecemos por las implicancias y la naturaleza de esta oportunidad. Es decir, de qué hablo cuando digo que hay que convertir a la Argentina en un hub internacional para la industria cripto.

A lo que me refiero es a crear un marco regulatorio integral e incentivos que atraigan a emprendedores, desarrolladores, equipos de trabajo y fondos de inversión para desarrollar proyectos y ofrecer servicios sin fricciones innecesarias y liderar la nueva ola de adopción de la tecnología blockchain sin ser perseguidos por el regulador.

Claro está, el rol del Estado debe limitarse a evitar que se comentan delitos contra los consumidores tales como estafas. Pero hoy estamos más ante una cacería de brujas en determinadas jurisdicciones que a una voluntad cierta de desarrollar esta industria.

Otros países están intentando avanzar con una mirada más positiva. Sin embargo, todavía las regulaciones son lentas, parciales y con mucha fricción. 

La industria cripto está en un punto de quiebre. Muchas empresas están emigrando de Estados Unidos debido a la enorme presión y la persecución de la SEC. Lo mismo pasa en otros países.

Un ejemplo es el de Nexo, que tomó la decisión de salir de Estados Unidos y se instaló en Dubai, que tiene una legislación más favorable. 

Esto ya empieza a preocupar en ese país como bien lo pone de relieve Coindesk en esta nota.

Como comentario al margen es muy interesante ver cómo países como los Emiratos Árabes Unidos (especialmente destaco el trabajo que está haciendo el centro financiero Abu Dhabi Global Market) están liderando una ola más positiva y favorable para la industria cripto.

El Salvador es otro buen ejemplo en este sentido.

Sin embargo, todavía no hay un país que haya logrado convertirse en un centro indiscutido para toda la industria.

Esto se debe, en parte, a que casi todos los avances regulatorios se centran en sólo un aspecto del ecosistema: las finanzas centralizadas (CeFi), es decir, las empresas proveedoras de servicios relacionados con criptomonedas.

Pero prácticamente no hay regulación favorable para quienes desarrollan aplicaciones descentralizadas, el corazón de la industria cripto. Esto incluye a las finanzas descentralizadas (DeFi), uno de los pilares de este ecosistema.

Este es el caso de Europa, donde se avanzó con una regulación marco, la Ley MiCA, que regula a las empresas cripto pero deja afuera aplicaciones descentralizadas.

Algunas excepciones son las leyes para organizaciones autónomas descentralizadas (DAOs) que aparecieron en el último tiempo, pero nuevamente regulan sólo un aspecto y no dan una solución completa. 

Muchos piensan que una aplicación descentralizada, al “vivir” en la blockchain no necesita ningún tipo de regulación o encuadre jurídico.

Pero en la práctica esto no es así. En general son empresas las que hacen los desarrollos, que necesitan buscar financiamiento, emitir tokens, listarlos en exchanges, comunicar y difundir el producto, y luego armar una DAO.

La falta de estructuras jurídicas pone en peligro directo y solidario a las personas que llevan adelante estos proyectos.

Así tuvimos casos como el de Tornado Cash, donde los desarrolladores terminaron presos (un protocolo descentralizado que permitía darle privacidad a las transacciones). O el de Ooki DAO en EEUU, donde se los encontró culpables de ser una organización no registrada y se estableció que los miembros eran solidariamente responsables por cualquier acto ilícito que pudiera cometer la DAO.

Por estas razones, Legal Nodes, una empresa especialista en dar asesoramiento legal a startups, sugiere que una estructura típica para desarrollar una aplicación descentralizada debe tener tres estructuras jurídicas: una empresa para el desarrollo del software, otra para la emisión de los tokens y el funding, y otra para la DAO.

Esto lo podemos ver con claridad en el siguiente esquema:

Esquema que muestra las distintas estructuras jurídicas sugeridas para una aplicación descentralizada.

Fuente: https://legalnodes.com/article/legal-structure-decentralized-apps

Hoy en día, es muy común que un proyecto DeFi tenga las tres empresas registradas en tres jurisdicciones distintas, ante la falta de una solución integral.

Este es el panorama general en el que se encuentra la industria cripto. Creo que sirve para tener una idea de la oportunidad histórica que tenemos por delante.

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Ahora bien, lo siguiente a preguntarnos es ¿por qué la oportunidad para Argentina es ahora y con Milei?

Por un lado, porque se alinea con la idea de competencia de monedas y la eliminación del Banco Central.

Uno de los grandes motivos por los cuales los Estados se resisten a las criptomonedas es porque compiten con el monopolio de sus monedas nacionales (entre otras razones, claro está).

En EEUU, si la gente usa más bitcoin, usa menos dólar. Y eso es algo que el gobierno no quiere. 

Un modelo donde no existe el banco central y hay una libre competencia de monedas no tiene este conflicto de intereses y puede permitir la libre circulación de criptomonedas.

Por otra parte, es compatible con la idea de regulaciones más flexibles y menos burocracia que propugna Javier Milei.

El gobierno saliente en Argentina tenía una tendencia a la hiperregulación, también para las criptomonedas (hoy pagan impuestos). Incluso Sergio Massa ya había adelantado sus intenciones de crear una CBDC (moneda digital del Banco Central), modelo que se alinea más con la idea de control total de la industria por parte del Estado.

Entendiendo el contexto actual, avanzar con rapidez y tomar la iniciativa a nivel mundial en esta industria puede darle al país una ventaja competitiva por sobre el resto.

Para terminar, falta preguntarnos, ¿qué reformas son necesarias para convertir a la Argentina en el centro mundial de la industria cripto?

Lo que viene a continuación es simplemente una idea que busca ser un punto de partida. Una regulación integral requiere de mayor análisis y profundidad. Pero acá van algunos ejes que me parecen centrales:

Primero, es necesaria una ley que reconozca a las criptomonedas (al menos a las más importantes) como dinero y medio de pago válido, sin imponer el curso forzoso (es decir uso legal pero no obligatorio).

Esto implica eliminar los impuestos por comprar, vender o ahorrar en criptomonedas (hoy se aplica impuesto a las ganancias y bienes personales, por ejemplo). También la posibilidad que las personas puedan libremente pactar contratos denominados en criptomonedas (hoy hay muchas limitaciones).

Segundo, una regulación que defina a los distintos tipos de criptoactivos y sirva de marco para la emisión y distribución de tokens. 

Esto es muy importante ya que un token criptográfico puede representar virtualmente cualquier cosa (bonos de una empresa, dólares, dar derechos de acceso a un servicio, tener una utilidad concreta, ser un medio de pago, entre otros).

En especial, sería importante tratar de limitar y restringir el concepto de “security token” (equiparable a valor negociable) a su mínima expresión. Muchos países hoy están haciendo lo contrario, intentando clasificar a todos los criptoactivos como valores negociables (es lo que está haciendo la SEC en EEUU). Tener una mirada más restrictiva sería un gran paso adelante para desarrollar la industria en el país.

Tercero, se necesita una regulación para empresas proveedoras de servicios relacionados a criptoactivos, tanto las que lo hagan como actividad principal (un exchange de criptomonedas por ejemplo), como aquellas que lo hagan como un accesorio a su actividad principal (por ejemplo, una cadena de cafeterías que implementa un programa de loyalty con tokens). 

Cuarto, es fundamental tener normativa que le dé un marco a las llamadas aplicaciones descentralizadas.

No puedo dejar de remarcar este punto lo suficiente, pues es el sector que más desprotegido está.

Una regulación amplia para el desarrollo de aplicaciones descentralizadas es la clave que puede poner al país en un lugar de centralidad total.

Hay algunas iniciativas interesantes como la ley de DAOs que tiene Islas Marshall, pero hay que ir mucho más allá.

Hay que dar alternativas para que un proyecto pueda estructurarse integralmente en Argentina. Volviendo a la referencia de Legal Nodes, que un proyecto pueda estructurar la empresa desarrolladora del software, la que emite y lista los tokens y la DAO en Argentina, de una forma simple, dinámica y sin burocracia.

Por último, y como puede deducirse del punto anterior, esta regulación debe ser acompañada con una reforma administrativa para bajar la burocracia y tener un sistema tributario simple.

En el siglo XXI, debería ser posible crear una empresa 100% online, con unos pocos clics y de forma instantánea.

Tener seguridad jurídica y un sistema impositivo justo, simple y claro es indispensable.

Ahora sí para finalizar, algo que no comenté antes pero que podría ayudar mucho es contemplar la posibilidad de crear exenciones tributarias especiales para empresas relacionadas con criptoactivos. Esto podría aplicar a todo el país o puede servir para desarrollar una región en particular. Y claro está dependerá de cómo se reforme el sistema tributario general para evaluar su viabilidad.

Como conclusión, creo sinceramente que hay una oportunidad histórica, y que hay que moverse rápido para poder aprovecharla. El país podría beneficiarse en grande con la llegada en masa de capitales de todo el mundo. Incluso, podría obtener nuevas vías de financiamiento fuera de los circuitos tradicionales. Podría, por ejemplo, emitir bonos tokenizados denominados en alguna criptomoneda.

Pero esto no es todo. También las industrias locales tradicionales se pueden ver beneficiadas incorporando la tecnología blockchain.

Por ejemplo, una bodega de vino en Mendoza podría lanzar un token para financiar la cosecha y que ese token luego sea canjeable por una botella de ese vino una vez que esté listo, dando a quien compró el token la ventaja de haber comprado la botella a un precio más bajo. Ya hay algunos proyectos intentando avanzar con este tipo de iniciativas, pero con una legislación favorable podrían implementarse de forma mucho más rápida y ágil. 

Para que tengan una idea, en 2021 las finanzas descentralizadas (DeFi) movieron más de 300 mil millones de dólares (valor bloqueado dentro de los protocolos). Y de acuerdo con DefiLlama desde 2020 para acá fondos de inversión inyectaron casi 70 mil millones de dólares para el desarrollo de proyectos cripto.

Soy consciente que sobre cada punto aquí conversado podría profundizarse y ampliarse mucho más. El objetivo de esta nota es, simplemente, poner de relieve la enorme oportunidad que hoy tiene la Argentina, por qué es ahora el momento para aprovecharla, y en el mejor de los casos dar el puntapié inicial para un debate profundo y trabajar para convertir nuevamente al país en protagonista de la escena mundial.

Por Agustin Beret.